Fundadores de Mariano Arista

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viernes, 25 de julio de 2008

La educación como praxis, reflexión y acción

El siguiente texto es el que lamentablemente y por compromisos profanos no pude leer en la pasada reunion del FRENOM.

La comparto con ustedes esperando sirvan de algo mis palabras.

"El tema bajo el que se lleva a cabo esta mesa de trabajo “La educación como una herramienta contra la pobreza” hace que obligadamente reflexione sobre dos cuestiones iniciales; ¿qué es la educación? y ¿qué es la pobreza?

La educación no es otra cosa más que la imagen y el reflejo de la sociedad, la educación es sana cuando los pueblos mismos están sanos, pero se corrompe con ellos sin poder modificarse por si misma decía Emilié Durkheim.[1]

La educación es todo aquello que se puede aprehender a cerca de la cultura donde se encuentra inmerso el individuo, por lo tanto entender educación es entender que no es sólo aquello que se imparte dentro de las aulas escolares y el seno familiar, educación es aquello que el individuo es capaz de adoptar durante toda su vida.

¿Qué es pobreza?, existe la pobreza material, definida como la carencia de recursos materiales y económicos, como la carencia de lujos y comodidades, la pobreza puede ser definida también como la carencia de lo más elemental como lo es la comida, el agua y los servicios de salud.

Existe también la pobreza definida como la carencia de alimento para el alma y el espíritu, la carencia de valores morales y éticos, la carencia de todo aquello que nos enriquece como seres humanos, como individuos y como personas semejantes.

La reflexión que hago no exime de los resultados favorables que puede tener la educación frente a la pobreza en cualquiera de las definiciones que existen; la reflexión que hago me hace hablar de la educación como herramienta contra la pobreza en un sentido envolvente, donde caben las definiciones de educación y pobreza en cantidad y diferencia.

La educación, entendida como la enseñanza escolar, es un derecho establecido como tal en la carta magna mexicana, en su articulo 3º; “Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El estado-federación, estados, distrito federal y municipios impartirá educación preescolar, primaria y secundaria”, dice.

Desde el surgimiento del México independiente se ha tratado de preservar la libertad. Los gobiernos de los primeros años de México como nación autónoma, tenían muy claro que el atraso de la instrucción del pueblo había sido un arma más de la corona española para mantener sometido al pueblo, pues la ignorancia permite y fomenta la esclavitud. Por lo tanto la educación garantizada como derecho del ciudadano mexicano es un argumento que garantiza la libertad siempre añorada y siempre atesorada por el pueblo.

“La educación pública es uno de los primeros deberes de los gobiernos ilustrados, y solo los déspotas y tiranos sostienen la ignorancia de los pueblos para más fácilmente abusar de sus derechos”, decía Miguel Ramos Arizpe en su intervención ante la corte de Cádiz justo dos años después de haber estallado la revolución de independencia en la Nueva España.

Así como es importante que el gobierno proporcione la educación básica, es importante conservar y luchar por el respeto de la laicidad en dicha educación y aunque laicidad es básicamente referente a lo religioso, también hace énfasis a que a la educación que el estado imparte, no le compete inculcar opiniones morales, políticas y mucho menos religiosas. Inculcar y generar una conciencia jamás estará ligado a influir e influenciar en el libre albedrío del estudiante y del individuo.

La educación juega un rol fundamental para hacer llegar a los jóvenes los elementos para la formación de una conciencia histórico-cultural. Si educar fue la tarea del México independiente; “Educar para formar mexicanos a la altura del país que se deseaba construir. Educar para formar hombres industriosos, trabajadores, liberados del fanatismo, pero también para formar ciudadanos e inculcar los valores liberales de la modernidad que llevaría al país al progreso.”, debemos saber que hoy, educar sigue siendo la tarea fundamental para la formación de los mexicanos y de los hombres librepensadores que deben dirigir y tomar las riendas de nuestro país.

¿Quiénes somos los mexicanos? El Artículo 2o constitucional lo deja muy claro; la Nación Mexicana es única e indivisible [...] y tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en los pueblos indígenas que son aquellos que descienden de aquellos que habitaban el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas. Por tanto es y sería un error de fatales consecuencias omitir a la población indígena cuando hablamos de educación, sea cual sea el rubro del que se habla, pues no olvidemos que como lo dice el mismo artículo constitucional, las autoridades tienen la obligación de: garantizar e incrementar los niveles de escolaridad, la alfabetización, la conclusión de la educación básica, la capacitación productiva y la educación media superior y superior a todos los mexicanos.

Sabemos que la instrucción escolar no basta, es triste ver como la gente ahora se enriquece a costa de su pobreza espiritual, en medio del apogeo de ciencias y técnicas[2] y de ver como ahora debemos enfrentarnos a una paradoja de proporciones universales; de ver como el apogeo del espíritu manifestado en todos los campos de la ciencia, la técnica, el arte y el saber, ha empobrecido la vida, el espíritu y la humanidad.

Un niño puede llegar a ser joven y viejo, y puede irse de este mundo sin saber lo que es un subjuntivo[3]. La educación de hoy esta basada en el aprendizaje de los símbolos químicos, metales y metaloides, no hemos sabido complementar esta enseñanza con la de las ciencias humanas, esas ciencias que enseñan a engrandecer el espíritu humano. Juan José Arreola hace más de 40 años llegó a decir que no servia de nada enseñar matemáticas, química y física a un niño que el día de mañana no va a saber como vivir la vida y que sentido darle.[4]

Por eso no me importa que me escuchen las autoridades de educación y estatales, tengo y creo en la esperanza de que los jóvenes maestros y maestras, se salgan del programa y den un poco de lección de humanidad, y que inculquen el sentido critico procurando generar una conciencia humana y más sensible a las necesidades espirituales. “En el mundo de los fariseos no queremos que los fariseos sigan siendo respetados por los jóvenes.”

Para concluir creo que debemos reflexionar acerca de ¿qué significa educar, en medio de las agudas y dolorosas transformaciones que esta viviendo nuestra sociedad en este comienzo del siglo XXI?

La educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo decía Paulo Freire[5], de nosotros depende como queremos transformarlo si para bien o para mal.
Es cuanto.
[1] El suicidio. 1965
[2] Arreola Juan José. La palabra educación. Biblioteca SEP. Sepsetentas. México 1973. P. 18
[3] Ibid, P. 73
[4] Ibid, P. 128
[5] La educación como práctica de la libertad. Siglo XXI editores. México, 2000. P. 23