Fundadores de Mariano Arista

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martes, 26 de agosto de 2008

La Violencia



En la historia de la humanidad la violencia ha sido una característica inherente a la naturaleza humana. Sin embargo, la sociedad ha rechazado cada vez más el uso de la agresión que, paradójicamente, sigue manifestándose en su célula más importante y vulnerable: La Familia.

Existen padres de familia que, sintiéndose gladiadores, luchan contra sus hijos en vez de educarlos, agrediéndolos física o verbalmente, haciéndolos sentir como parte de su imperio y no como seres pensantes que necesitan ser comprendidos. Asimismo, la violencia entre padres y quienes conviven en el circulo familiar se presenta en muchos hogares, por fortuna existen algunos organismos que la combaten, sancionan y dan apoyo psicológico a quienes la padecen, ya que una de las formas de evitar la violencia es la denuncia.

Este atropello es un acto impulsivo, una actitud repulsiva, ya sea consiente o inconsciente, y es provocado generalmente por diferencias de edad, sexo, fuerza o poder. La violencia genera solo mas violencia, los desacuerdos la provocan y el mas débil la paga. Denigra y envilece al ser humano y todos estamos expuestos a ella, por lo que debemos ser prudentes para saber contenerla si se presenta. Sin embargo, cuando no puede dominarse es síntoma de enfermedad y debe atenderse.

La violencia es un cáncer de la sociedad y desgraciadamente crece como una bola de nieve. Es resultado de la falta de educación, la demografía y la desintegración familiar. Vemos violencia en todos lados, hasta en la política, porque no hay preparación.

Las personas violentas no controlan su impulsividad, seguramente guardan rencores e insatisfacciones que pueden ser causados por inseguridad o falta de educación. Es difícil, pero la forma de ayudar a estas personas es haciéndolas conscientes del dolor que causan, pues llevan a la familia a vivir con miedo y generan su desintegración. Aunque suene trillado, vale la pena recordar que la agresión física deja marcas visibles que tal vez el tiempo cure, pero la agresión psicológica provoca heridas profundas que en ocasiones son incurables.

Es importante que recordemos que esta enfermedad social puede encontrar cura en los valores positivos que promovamos en nuestro circulo social y familiar. Tengamos el valor para no aceptar en nuestro hogar ni en ningun lado la semilla de la violencia.


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