Fundadores de Mariano Arista

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lunes, 2 de junio de 2014

La sociedad secreta de los masones y su búsqueda

Desde su aparición (en Inglaterra a fines del siglo XVII), la masonería ha sido acusada de realizar misas negras, orgías, sesiones de brujería y hasta de que sus miembros escupían a los santos. Sin embargo, estas afirmaciones están lejos de la realidad. 
En el Perú hay 210 logias. “Somos una discreta institución filantrópica y de instrucción. Lo único que perseguimos es nuestra superación personal”, aclara el Gran Inspector Regional y Paz Venerable Maestro (PVM), Julio Torreblanca Lazo.
Para conseguir sus aspiraciones, este grupo de personas no solo estudia ciencias,  artes y letras. También intentan explicar parte de nuestra existencia descifrando fenómenos extraterrestres. “En un párrafo de la Biblia (2 Reyes 2,11) dice que 'el profeta Isaías se fue en un carro de fuego al cielo'. ¿En qué carro de fuego se fue hace miles de años antes de Cristo?”, se pregunta Torreblanca.
Este tipo de interpretaciones hace que los miembros de esta institución, que no se define ni como religión ni como secta, no descarten que las pirámides mayas o egipcias, o la misma ciudadela de Machupicchu, se erigieron de la mano de seres de otros planetas. 
Desde su llegada a la región en 1885, exactamente a la ciudad de Mollendo (Islay), los masones tampoco son ajenos a las artes ocultas. Entre sus principales objetos de estudio, al igual que las matemáticas o la geometría, se encuentra el esoterismo. Por ejemplo creen en el desdoblamiento, es decir que el espíritu sale del cuerpo conscientemente y después regresa. 
“Estudiamos bastantes ciencias a través de libros”, interviene el PVM Carlos Salinas Salinas, de la Respetable Logia Simbólica (RLS) “Luz en el Sendero” N° 88. Él está vestido con su característica indumentaria: un mandil con distintos bordados y, prendido de su cuello, el compás y la escuadra, su más famoso símbolo que recuerda que los primeros masones fueron albañiles.
TEMPLO DE CULTO
La entrevista a Torreblanca y Salinas se ve rodeada de un ambiente místico, pues nos encontramos al interior de uno de los dos templos ocultos que tiene la institución en la Ciudad Blanca. En un pedestal privilegiado se posa la Biblia, el libro al que denominan “volumen de la ley sagrada” y que copa gran parte de su interés y tiempo.
“Analizamos con respeto qué es lo que dice. Como está hecha de un lenguaje simbólico la leemos una y otra vez para conocer qué es lo que en verdad entraña”, indica Torreblanca. 
En el altar principal predomina la imagen de un gran ojo dentro de un triángulo. Esto en referencia a la consciencia (ojo) y su objetivo de conseguir la perfección (triángulo). Se trata del Gran Arquitecto del Universo (Gadu), el Dios de los masones. “De esta forma integramos a todas las religiones”, señala Marco Bernedo Llerena, otro PVM de “Luz en el Sendero”.
En las paredes adyacentes resaltan los 12 símbolos del Zodiaco, mientras que las puertas son adornadas con estrellas de cinco puntas. En tanto el techo intenta emular el universo con objetos fosforescentes en forma de astros, el sol y la luna. “Ese es nuestro límite”, dice Torreblanca señalando hacia arriba.
relaciones difíciles
De cierta forma la sociedad filantrópica saluda la reciente canonización de Juan XXIII en la Iglesia Católica, pues en su pontificado se modificó el código canónico suprimiendo la excomulgación proclamada contra los masones. A ellos se les imputaba practicar la hechicería. Salinas recuerda que por ello, en las puertas de muchas iglesias arequipeñas había un cartel que les impedía el ingreso. Decía: "Prohibido perros y masones”, rememora.
Narra además que en 1892 fue quemado y saqueado su primer templo en Mollendo. Además hasta 1940 no se permitía que los masones sean enterrados en el cementerio de La Apacheta, salvo en la zona de ateos. 
Explica además que si un “profano” (no masón) quiere pertenecer a la orden, debe tener la invitación de un padrino que haya encontrado en su persona un interés afín con la institución.     
CLAVES
Se estima que en el país existen más de 4 mil masones. 
El poeta Mariano Melgar, así como Miguel Grau y Francisco Bolognesi, o políticos de la talla de José Luis Bustamante y Rivero, Nicolás de Piérola o Álvarez Thomas pertenecieron a una logia masónica. 
Fuente: Agencias.